Sobre Mí
En casa de mis padres siempre hubo un gusto por lo artesano, por hacer cosas caseras en familia y disfrutar de los dulces y de la comida bien hecha. Supongo que de ahí nace mi pasión por la pastelería: del calor del hogar, de las manos que amasan con cariño y de los pequeños gestos que alimentan el alma.
Como buena leonesa, soy una amante de la montaña, de sus pueblos con encanto y de sus gentes. Especialmente de esos pueblos que, tras la desaparición de la minería, se aferran a la esperanza de seguir vivos a través del sector servicios. Creo firmemente que un pueblo con los servicios básicos es un pueblo con futuro. Y ese fue mi propósito: dar vida y aportar valor desde lo que sé hacer.
Con 35 años y una formación reglada como pastelera que terminé en 2022, decidí emprender para unir mis tres grandes pasiones: mi hija, la pastelería y la montaña. En A Punto de Nieve creo dulces artesanales con un enfoque en lo tradicional y lo gourmet, buscando que cada bocado transporte a mis clientes a los sabores de siempre, pero con un toque único.
Para formarme, escogí el Centro Saper de León, creado por Don Santiago Pérez (inventor de las emblemáticas rosquillas de San Froilán) y dirigido hoy por su hijo Alberto Pérez. Allí completé mis estudios de Pastelería General, Decoración en Chocolate y Panes Artesanos, rodeada de personas que viven la pastelería con tanta vocación como yo.
Un agradecimiento especial a mi maestro Alberto Pérez: gracias a ti, he encontrado mi propósito.
El 8 de septiembre de 2023 comenzó esta aventura llamada A Punto de Nieve (creo que no podía tener otro nombre; la nieve forma parte de nuestros largos inviernos y también de mi forma de entender la vida y la cocina). Desde entonces, valoro cada vez más este oficio: la pastelería hecha con cariño, con paciencia y con corazón.
Y por supuesto, no me veo en otro lugar que no sea este: entre harinas y montañas.